En busca de tormentas
Expertos en ciencias de la atmósfera buscan en el interior de las tormentas la relación de estas con el cambio climático.
"Todavía tenemos mucho que aprender sobre las tormentas y nos gustaría estudiarlas de cerca", dice Michael Goodman, experto en ciencias de la atmósfera que trabaja en el Centro Marshall para Vuelos Espaciales. "Seguimos acumulando evidencia que indica que las tormentas podrían ser un factor importante en el cambio climático".
Un equipo de científicos entre los que se encuentra Michael Goodman, son patrocinados por la NASA en la investigación sobre tormentas, específicamente las denominada TC4 o Composición Tropical, Nubes y Acoplamiento Climático en Costa Rica. Lejos de huir de ellas, los investigadores las buscan, las desean. Los pilotos de la investigación TC4 deben desafiarlas e introducirse en ellas para descubrir qué partículas arrojan estas tormentas y sus posibles efectos.
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Otro de los fenómenos a investigar en esta situación atmosférica son las heladas nubes cirro que se forman cuando las tormentas alcanzan la altura de la tropopausa (capa o límite entre la troposfera y la estratosfera atmosférica que se ha elevado a 650 pies - 198 metros en los últimos 22 años), estas nubes se extienden sobre una extensa área, reflejando la luz solar y enfriando la superficie de la Tierra que está ubicada debajo de ellas, las nubes cirro también retienen la radiación infrarroja que proviene de la Tierra. Este hecho de apresar la energía infrarroja produce un efecto de calentamiento. Las partículas impulsadas hacia arriba por la fuerza de las tormentas podrían causar cambios en estas gélidas nubes perturbando así el delicado equilibrio entre el enfriamiento y el calentamiento de la superficie del planeta. El efecto final que esta ocasionando estos fenómenos esta en plena investigación.
Las herramientas con que se cuenta para la investigación son varias y sofisticadas: satélites de la NASA, tres aviones de misma agencia espacial, el ER-2, el WB-57 y el DC8, varios radares climáticos y globos sonda. Cada instrumento juega su roll en la observación de las tormentas y en general obtienen información sobre los relámpagos, el vapor de agua, la velocidad del viento, las emisiones de radiación infrarroja, las partículas de polvo, el monóxido de carbono, etc.
De los aviones dispuestos para esta aventura científica el DC 8 de la NASA va preparado para sobrevolar las enfurecidas tormentas. Alberga en vuelo a los curiosos científicos equipado con un instrumento fundamental, el llamado Monitor de la Misión en Tiempo Real (Real Time Mission Monitor o RTMM), desarrollado en el Centro Marshall para Vuelos Espaciales, este aparato recoge datos de todos los satélites y censores, y pone a la vista una imagen a todo color para que los investigadores que se encuentran en el avión puedan verla. Los científicos en la Tierra también pueden observar las imágenes generadas en vivo y se mantienen en comunicación instantánea con sus colegas en el avión.
Imagen resultado de la colecta de información del RTMM donde se muestra el recorrido del DC8 el 17 de julio de 2007, atravesando una tormenta sobre América Central. by: NASA/Michael Goodman. (más imágenes)
Las investigaciones podrán dar importantes respuestas sobre lo que hoy sucede con el clima terrestre, pero antes habrá que vérselas en vivo y en directo con las temidas tormentas en plena acción.
Fuente: NASA
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